La Orden del Santo-Espíritu, era la orden francesa más importante de su tiempo. Fue fundada por Enrique III el día de Pentecostés 1578, en conmemoración del día de su nacimiento, y de su elección al Trono de Polonia y su acceso al Trono de Francia, que ambos tuvieron lugar en torno al Pentecostés. Además del grande Soberano Maître, que era obligatoriamente el Rey de Francia, los miembros se distribuían en 3 categorías: 8 Comendadores (al principio 4 Cardenales y 4 Arzobispos, Obispos o Prelados, luego indistintamente 8 Cardenales, Arzobispos, Obispos o Prélâts), más el Grande Aumonier de Francia que era Comendador-nato, elegidos entre el más virtuosos de la Clero. 4 Funcionarios Comendadores (Canciller y Ministro de Justicia, Preboste y Maître de las Ceremonias, Gran Tesorero y Secretario) encargados de administrar el orden, apoyados por Funcionarios no Comendadores. 100 Caballeros. El Delfín y los Niños de Francia eran caballeros a su nacimiento, pero no podían ser recibidos sino a partir de 12 años, los Príncipes de la Sangre no podían serlo sino a partir de 16 años, y los Príncipes extranjeros que a partir de 25 años. Para otros 35 años cumplidos eran necesarios. Del mismo modo, los miembros debían obligatoriamente ser católicos y demostrar de al menos tres grados de nobleza paternal (esta última condición que no es aplicable para el Grande Aumonier de Francia, el Gran Tesorero y el Secretario). Todo Caballero del Santo-Espíritu (a excepción de los clérigos) debía de antemano ser Caballero de Sant-Michel, aunque muy rápidamente la práctica se tomó de hablar de un "Caballero de los Órdenes del Rey" más que de precisar Caballero de Sant-Michel y Caballero del Santo-Espíritu. El presente armorial se basa en el famoso trabajo del Padre Anselme de Santa María (Historia genealógica y cronológica de la casa real de Francia, los pares, grandes funcionarios de las Coronas y la casa del Rey),completado para la parte incluida entre 1733 y 1789 por el trabajo de Pol Potier de Courcy. Se tendrá en cuenta mientras que, aunque extraordinario, la obra del Padre Anselme implica varios errores heráldicos.